(El presente texto contiene numerosos spoilers sobre la historia. Si no os gusta que os destripen nada, mejor no clikeis en continuar leyendo)
Fue la noche del sábado al domingo pasado. Como buen (¿?) estudiante que sabe que al día siguiente tiene que madrugar por culpa de esa tortura china conocida como exámenes finales, me quedé en casa y traté de acostarme pronto para no tener mucho sueño la mañana siguiente. Lo primero lo conseguí, lo segundo no y fue por culpa del libro que comentaré a continuación: Soy Leyenda. Y es que, si quieres pillar sitio en las cabinas de la biblioteca, hay que llegar como muy tarde a las 7.10h. Unos 20-25 minutos en coche de casa a la universidad; 10 minutos para tomarme el café; 3 para vestirme; 30 para darme cuenta de que ya no estoy durmiendo. O sea, que me despierto sobre las 6.00h. El maldito despertador es, sin lugar a dudas, tanto o más odioso que el ruido de los vampiros clamando por la sangre del pobre protagonista de Soy Leyenda. Pero bueno, mejor dejo la rutina estudiantil a un lado. Esa es otra historia, y será contada en otra ocasión.
En estas que vi una noticia en lashorasperdidas que hablaba sobre una nueva adaptación de una novela a la gran pantalla llamada “Soy Leyenda”. Estará protagonizada por Will Smith, un tío que, pese a sus chistes chorradas, cuando quiere sabe actuar (Alí, La Leyenda de Bagger Vance). La dirigirá Francis Lawrence (director de varios videoclips de Jennifer Lopez y Britney Spears, además de la pobre adaptación de Hellblazer al cine, Constantine) y representará la translación a la pantalla grande de la novela homónima de Richard Matheson.
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